Gazlenoticias

5/25/2018

Maduro viola protocolos y se autojuramenta



CARACAS.- Nicolás Maduro se autojuramentó ayer ante la Asamblea Nacional Constituyente en una nueva acrobacia política, como respuesta al alud de denuncias de fraude en los comicios del 20 de mayo. Una juramentación que sorprendentemente debe repetir el 10 de enero, fecha en la que se inicia oficialmente su nuevo mandato. El presidente reelecto ejecutó su operación exprés en solo 48 horas, para lo que primero buscó la complicidad del Tribunal Supremo presentando un recurso de interpretación, todavía sin contestar.

El siguiente pasó lo realizó ayer por la mañana, cuando adelantó por sus redes sociales que "hoy estaré juramentándome", en un uso tan arbitrario de la Carta Magna que esta ya parece un chicle. Lo hizo solo una hora antes de atravesar los pocos metros que separan el Palacio de Miraflores del Palacio Federal Legislativo, invadido a la fuerza por los 500 constituyentes y el aparato estatal.


El presidente fue recibido con los fastos habituales y las estruendosas ovaciones de costumbre, solo comparables a la que disfrutó Tibisay Lucena, presidenta del Consejo Nacional Electoral, heroína revolucionaria del 20 de mayo. Y así juró Maduro, ciertamente emocionado, que cumplirá y hará cumplir "la Constitución y llevar adelante todos los cambios revolucionarios que nos lleven a la Venezuela de paz".

Poco importaba que minutos antes, la Constituyente hubiera decretado que el "hijo de Chávez" debe juramentarse de nuevo en enero para su segunda presidencia, que va de 2019 a 2025. Tampoco que se tratase ciertamente de una juramentación a medias, que fue bautizada por los medios públicos como "entrega de credenciales".


El enredo inconstitucional va más allá de los tiempos y del adelanto electoral impuesto por el órgano revolucionario en complicidad con el presidente, que provocó críticas dentro y fuera del país. El chavismo tomó tal decisión a sabiendas de que el derrumbe puede ser todavía más profundo en los próximos meses.


Pero además el escenario elegido es doblemente ilegítimo, ya que es en el Parlamento donde según la Constitución debería juramentarse el presidente y no la Asamblea Constituyente, un órgano impuesto para redactar la nueva Constitución, pero que ejerce como una mezcla del Comité de Salud Pública de la Revolución Francesa y de la Asamblea cubana del Poder Popular. "Un poder magnífico", como reconoció tan ufano el propio presidente.

La cuestión no es tan baladí como parece, ya que adelanta nuevas estrategias para los próximos meses, pero sobre todo pretende demostrar que Maduro no está dispuesto a ceder un solo centímetro, pese a que a la vez anuncia la liberación de un número indeterminado de presos políticos y la reapertura del eterno diálogo político venezolano.


"La falsa Constituyente felicita al beneficiario del fraude y agrega otra escena bufa a la farsa, con un falso juramento para una toma de posesión que ellos mismos dicen que deberá realizarse en enero", resumió la opositora Mesa de la Unidad Democrática.

En su empeño por dotar de cierta estabilidad a esta nueva etapa entre sus dos presidencias, Maduro reconoció que "hace falta una rectificación profunda? No estamos haciendo las cosas bien y tenemos que cambiarlas y hacerlas mejor". El presidente reprendió a sus correligionarios como si nada tuviera que ver en el asunto, incluso aseguró que ni "Superman ni Supernico" serían capaces de asumir tales circunstancias.

"Pero sí hay superpueblo, hay que buscarlo y apoyarlo", sentenció.

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