La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, condenó este martes los violentos saqueos de los últimos días en un discurso pronunciado en el marco del 30º aniversario del regreso del país a la democracia.
La mandataria argentina denunció lo que calificó como "extorsión a una sociedad por parte de aquellos que portan armas para defenderla y no para atacarla".
Quiero solidarizarme con los ciudadanos que se vieron afectados y cuyos derechos no fueron defendidos por quienes tenían el deber constitucional de hacerlo", declaró Fernández en un acto realizado en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada, en Buenos Aires, para conmemorar el trigésimo aniversario del regreso de Argentina a la democracia.
Desde hace una semana, cuerpos policiales de diversas provincias argentinas protagonizan una serie de protestas en reclamo de aumentos salariales y han dejado de prestar servicio en las calles, con lo que se han producido violentos saqueos en algunas ciudades.
Varios miembros de la oposición pidieron al gobierno que cancelara los festejos por los 30 años de democracia, que incluyen un festival musical organizado en la Plaza de Mayo, frente a la sede del Ejecutivo en la capital argentina.
Pero Fernández argumentó que tomó la decisión de llevar adelante el acto, pese a los hechos de violencia, "en honor a los que pelearon y cayeron, en honor a todos".
Según la presidenta, detrás de los hechos violentos "hay instigación política de los que quieren ganar elecciones hablando de la inseguridad" y pretenden que la sociedad "se olvide de todos los logros" obtenidos en los últimos 30 años.
Al acto por estos 30 años de vida democrática acudieron, entre otros, los expresidentes argentinos Fernando de la Rúa y Adolfo Rodríguez Saá, y Ricardo Alfonsín, hijo del fallecido exmandatario Raúl Alfonsín, el primer presidente democrático después del régimen militar (1976-1983).
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