Roger Dillenseger, secretario del segundo sindicato UNSA-Rail, SNCF, dice que la huelga seguirá manteniendo la presión en el momento de la legislación sobre la reforma ferroviaria está en manos de los senadores. Y él certifica que la unidad sindical no se cuestiona.
El duodécimo episodio de una huelga comienza este domingo por la noche. ¿Dónde está el movimiento?
ROGER DILLENSEGER. Nos dirigimos hacia el final del proceso legislativo, con el 5 de junio el Senado aprobando el proyecto de ley, y luego el 13 de junio el comité conjunto. El método de un texto que evoluciona por orden, permitiéndonos ajustes a través de las enmiendas, nos permitió participar en discusiones y consultas. Incluso si al principio el debate fue estéril, de una manera. Desde entonces, el diálogo ha cambiado ya que la huelga ha ejercido presión sobre el gobierno.
Como tal, la reunión con el primer ministro Philippe Philippe el 7 de mayo fue crucial. Impulsó el comienzo de una negociación digna de ese nombre con el Departamento de Transporte. Y culminó en una carta de la Ministra de Transporte, Élisabeth Borne, el 24 de mayo, en la que se hicieron compromisos firmes. Queda por traducir en la ley.
Entonces, ¿están las discusiones pasando?
Mas que nunca. El lunes nos recibió el presidente del Senado, Gérard Larcher, para ir más allá en una serie de puntos.
¿Mantiene la continuación del ataque?
No hay dudas para el momento de interrumpir el movimiento. Se trata de mantener la presión sobre el Senado, y sobre todo de no dejarlo libre para validar el texto tal como está. Al contrario de lo que se dice, la unidad sindical no se cuestiona en absoluto. Tenemos diferentes puntos de vista sobre ciertos aspectos, pero el diálogo es permanente. Quiero una prueba de que todos estaremos presentes en la manifestación programada para el lunes frente al Senado. También llamamos a varios senadores para que se reúnan con ellos en esta ocasión.
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