En el cuarto día de ofensiva aérea de Israel en la franja de Gaza, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ofreció este jueves al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, la mediación estadounidense para lograr una tregua entre Israel y Hamás. En una conversación telefónica, Obama aseguró a Netanyahu que Washington "sigue preparado para facilitar un cese de hostilidades, incluido un regreso al acuerdo de alto el fuego de noviembre de 2012". Ese acuerdo fue impulsado por EE UU y Egipto, y llegó tras ocho días de sangriento fuego cruzado que provocó la muerte de al menos 154 palestinos y cinco israelíes.
En la llamada de este jueves, el presidente estadounidense condenó el lanzamiento de cohetes desde Gaza a territorio israelí por parte de la organización islamista Hamás -considerada un grupo terrorista por EE UU y la UE-, apoyó el derecho de Israel a defenderse, pero manifestó su “preocupación” por la escalada violenta y urgió a ambas partes a "restaurar la calma y proteger las vidas de civiles” tras la muerte de 88 palestinos por los ataques aéreos israelíes.
En 2012 Washington rechazó negociar directamente con Hamás al considerarlo un grupo terrorista y ahora busca que Egipto vuelva a mediar, como hace dos años, entre Israel y la organización islamista. El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, habló este jueves con su homólogo egipcio para tratar de convencerle de que El Cairo use su influencia para calmar la situación, según explicó la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, unas horas antes de la llamada de Obama. “Parte de los esfuerzos del secretario han sido contactar a los países de la región, incluido Qatar y Egipto. Vamos a contactar a cualquier país en la región que pueda jugar un rol en acabar el lanzamiento de cohetes por parte de Hamás", dijo en su rueda de prensa diaria.
Las palabras que Obama expresó a Netanyahu están en la línea de las manifestadas esta semana por los portavoces de la Casa Blanca y el Departamento de Estado, que han hecho equilibrios para, por un lado, apoyar el derecho de Israel a defenderse y a mandar un mensaje de fortaleza a Hamás; y, por el otro, pedir contención a ambas partes e instarlas a mantener abierto un canal diplomático.
Con su oferta de alto el fuego, Washington busca evitar que la espiral de violencia se extienda y no llega en un momento cualquiera de sus relaciones con Israel y las autoridades palestinas. A principios de junio el Departamento de Estado abogó por trabajar con el nuevo Gobierno de unidad forjado entre Hamás, que controla Gaza, y el partido Al Fatah, que gestiona Cisjordania, lo cual no gustó nada al Ejecutivo de Netanyahu. Y llega dos meses y medio después de que fracasaran las conversaciones de paz entre Israel y Palestina promovidas intensamente por Kerry.
En la llamada de este jueves, el presidente estadounidense condenó el lanzamiento de cohetes desde Gaza a territorio israelí por parte de la organización islamista Hamás -considerada un grupo terrorista por EE UU y la UE-, apoyó el derecho de Israel a defenderse, pero manifestó su “preocupación” por la escalada violenta y urgió a ambas partes a "restaurar la calma y proteger las vidas de civiles” tras la muerte de 88 palestinos por los ataques aéreos israelíes.
En 2012 Washington rechazó negociar directamente con Hamás al considerarlo un grupo terrorista y ahora busca que Egipto vuelva a mediar, como hace dos años, entre Israel y la organización islamista. El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, habló este jueves con su homólogo egipcio para tratar de convencerle de que El Cairo use su influencia para calmar la situación, según explicó la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, unas horas antes de la llamada de Obama. “Parte de los esfuerzos del secretario han sido contactar a los países de la región, incluido Qatar y Egipto. Vamos a contactar a cualquier país en la región que pueda jugar un rol en acabar el lanzamiento de cohetes por parte de Hamás", dijo en su rueda de prensa diaria.
Las palabras que Obama expresó a Netanyahu están en la línea de las manifestadas esta semana por los portavoces de la Casa Blanca y el Departamento de Estado, que han hecho equilibrios para, por un lado, apoyar el derecho de Israel a defenderse y a mandar un mensaje de fortaleza a Hamás; y, por el otro, pedir contención a ambas partes e instarlas a mantener abierto un canal diplomático.
Con su oferta de alto el fuego, Washington busca evitar que la espiral de violencia se extienda y no llega en un momento cualquiera de sus relaciones con Israel y las autoridades palestinas. A principios de junio el Departamento de Estado abogó por trabajar con el nuevo Gobierno de unidad forjado entre Hamás, que controla Gaza, y el partido Al Fatah, que gestiona Cisjordania, lo cual no gustó nada al Ejecutivo de Netanyahu. Y llega dos meses y medio después de que fracasaran las conversaciones de paz entre Israel y Palestina promovidas intensamente por Kerry.
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